20 sept 2009

Menoyo en la bibliografía (3)

No puede calificarse más que de pasajero ataque de locura; el caminante decide a la hora de la siesta echarse carretera arriba hacia Menoyo, distante 4 Kilómetros. Le ha calentado los cascos Santiago con el señuelo de que Menoyo es un pueblo plagado de escudos nobiliarios. El caminante quiere comprobar si tiene más o menos que Arceniega, que hasta donde conoce el caminante es el pueblo más heráldico de toda la comarca.
Deja el caminante sus zurrones en el caserío, se cuelga las cámaras fotográficas al pescuezo y se encara con la carretera. A esa hora de ese día caluroso el asfalto despide fuego y además Menoyo es uno de esos pueblos, que aunque lo estás viendo cabalgar encima de tu cabeza que arde por el sol, nunca acabas de alcanzar. Parece que te estuviera tomando el pelo. Es el mismo caso de Sojo y Retes de Tudela. Curvas y contracurvas, que el desnivel entre Quejana y Menoyo es considerable: de 340 metros se asciende a 466 y bajo la chicharrina. Las cigarras se desgañitan a gusto y el campo ha perdido a esas horas sus múltiples fragancias. Todo está apachurrado por el calor.
Menoyo es y está destartalado. De la anunciada colección de escudos, el caminante sólo descubre dos que tampoco son nada extraordinario. Por no tener, Menoyo no tiene ni rotulo oficial, de manera que el nombre del pueblo cabalga en un cacho de tabla con letras verdes sobre fondo amarillo. La mayoría de sus calles están sin asfaltar, cosa muy rara en Álava.
Pero merece la pena subir hasta aquí, incluso a las cuatro de la tarde, porque el panorama que se divisa de Sierra Salvada es muy bello, incluyendo el paraje de la ermita de Nuestra Señora de Echaurren, también conocida como de San Marcos. El caminante desiste de llegarse hasta la ermita, que para ver una puerta cerrada siempre hay tiempo y largos son los caminos. La ermita le atraía al caminante porque allí dice la tradición que curó en 1.730 de forma milagrosa María Javiera de Partearrayo, y lugares como ese hay que visitar cuando se está en camino. Pero lo dicho: no más visitas a puertas cerradas.
Hasta Menoyo llegó también la Guerra. Eso está clarísimo en la lápida que cabalga sobre la entrada de la iglesia, que es pequeña y tiene su atrio con su banco corrido, como absolutamente todas las iglesias del Valle.

Don Nicasio Nafarrete Díaz de Mendivil
Cura de esta parroquia durante 34 años
Murió por Dios y por España
El 17 de Septiembre de 1.936
Pater Noster

Una perruca hija de mil padres no cesa de ladrar al caminante. Desde una ventana de la casa aneja a la iglesia de San Pedro asoma una anciana. Le llama "Perra" y la perra calla su ladrido incordiante. La anciana tiene un extraño rostro surcado por mil arrugas y la tez de una coloración blanquecina y de matices indefinibles. La anciana se deja hacer de muy buena gana una fotografía enmarcada en el marco azul de su ventana. Le pregunto su nombre, para enviarle una copia.
- Ana Yosifec Glucel
- ¡Qué apellidos tan extraños! ¿De dónde proceden?
- Del otro mundo
Bien empleada me está la respuesta, por preguntón.
“Caminata desde Ayala hasta Arceniega”, Florencio Martinez Aguinagalde