16 abr 2014
8 feb 2014
900 años de historia
Cuando estudiamos la historia
siempre se nos muestran grandes acontecimientos, personajes famosos o ciudades
importantes. Parece que los pequeños lugares no han existido hasta tiempos
recientes. Sin embargo, las pruebas documentales demuestran que también algunos
pequeños pueblos llevan cientos de años de existencia. En el caso de Ayala, los
primeros datos son del siglo IX cuando ya se nombra a los pueblos de Añes,
Lejarzo, Lujo, Erbi, Sojo, Obaldia (actualmente Madaria) y Salmanton en las
donaciones de Diego de Porcellos a San Félix, San Miguel y Santa María de Oca.
La primera
prueba documental de la existencia de Menoyo es del año 1114. Cumplimos 900 años “demostrables”,
aunque el origen del pueblo sea seguramente bastante anterior. En este
documento también se nombra los pueblos ayaleses de Madaria (en su barrio de
Obaldia), Salmanton, Aguiñiga, Menagaray y Llanteno.
Reproduzco a continuación la
transcripción que hay disponible en la bibliografía existente del documento
indicado, ya que no he tenido ocasión de verlo ni he podido encontrar otra
versión más completa:
"Yo, el Señor Diego López de Lejarzo
(...) ofrezco a Dios y a San Millán (...) y a todos los ancianos que viven
contigo bajo la regla de San Benito, un monasterio bajo la advocación de Santa
Cecilia y San Clemente de Obaldia, situado en territorio de Ayala, con todas
sus heredades, tierras, árboles frutales, fuentes, ríos, molinos, montes,
prados (...) y el pasto común de Salmantón y Aguíñiga, con los diezmos,
primicias y oblaciones y con todas las demás cosas que le pertenecen, y dichos
lugares sean sujetos al monasterio de Obaldia y sean libres de todo dominio de
Señor alguno (...) de este modo; durante mi vida lo disfrute y posea yo, y
después de mi muerte lo posea San Millán (...); y mi madre esté allí durante su
vida en este siglo. Si alguno de mis parientes, es a saber, padre, hijo, nieto
o allegado o algún extraño, esta donación quisiera destruir o retener en alguna
de sus partes, sea maldito de Dios (...).
"Y yo,
Diego López, esta escritura mandé hacer, hice mi signo y la entregué a los
testigos para que la confirmasen. Señor Sancho Ennecoz de Menagaray, testigo y
fiador. Señor Bela Alvarez de Menoyo, testigo y fiador. Alvaro Muñoz de Munica
Arriaga, testigo y fiador. Vela Muñoz de Uliarte, testigo y fiador. Nuño
Alvarez de Aguinaga, testigo y fiador. Diego Alvarez de Aguinaga, fiador.
Fortún Alvarez, su hermano, fiador. Vela Bermúdez de Salmantón, fiador. Sancho
García de Obaldia, fiador. Lope García de Aguinaga, fiador. Munio López de
Llanteno, fiador. Sancho Alvarez de Salmantón, fiador. Tello Muñoz de
Salmantón, fiador. Todos estos fiadores están aquí de manifiesto de que hice
esta donación en Obaldia con toda su heredad a San Millán y porque es el autor
de ella el Señor Diego López".
Entrada sobre este mismo tema con una nueva transcripción en mi blog Historias de Ayala
21 oct 2013
24 abr 2013
8 nov 2011
Capellanía de Esteban de Echaurren en la Ermita de Nuestra Señora de Etxaurren
Esteban
de Echaurren es, hasta la fecha, el emigrante más antiguo de Menoio
a América del que hay datos. El 16 de mayo de 1705 se le da licencia
para pasar a Perú como criado de Gabriel Menéndez Bustos, sargento
mayor y corregidor de las villas de Ica, Pisco y Nasca. En dicha
fecha, nuestro hombre tiene 26 años y está soltero. En el
expediente de información hecho para poder pasar a América se dice
de él que es de buena estatura, blanco, pelo y barba negros y alguna
señal de viruela.
No
tenemos muchos más datos de él hasta su muerte, que se produce en
1733. En ese momento, sus albaceas testamentarios inician los
trámites para la fundación de una capellanía en homenaje a su
persona en la ermita de Nuestra Señora de Etxaurren en su pueblo
natal, siguiendo las instrucciones por él dejadas:
Ytem
nos comunicó el dicho D. Esteban de Echaurren que (después de
cumplido el todo de su testamento y lo que nos comunicó sin
obligación de revelarlo a persona alguna, ni tampoco a persona
alguna dar cuenta según fue su voluntad) se saquen de sus caudales,
en caso de que lo hubiese, 4.000 pesos escudos de a 8 reales de plata
y con ellos se fundase una capellanía de misas en la ermita de
Nuestra Señora de Echaurren, que se venera en el barrio de
Echaurren, del lugar de Menoyo, parroquia de San Juan de Quejana, en
el M. N. y M. L. Valle de Ayala, provincia de Álava, obispado de
Calahorra y La Calzada, de tantas cuantas cupiesen y fuesen
necesarias para todos los domingos, días de fiesta y de trabajo que
sean de Nuestra Señora, todos los años perpetuamente con poder y
facultad para nombrar capellanes, siendo preferidos los parientes en
primer lugar y nombrando por patrono a D. Domingo de Echaurren, su
hermano y a sus hijos y sucesores, para lo cual nos dio poder y
facultad cumplida. Y nosotros, en virtud de la dicha su voluntad y
comunicación, que nos hizo para en caso de que haya residuo,
cumpliremos su voluntad y haremos dicha fundación, según y con las
prevenciones que nos hizo secretamente.
Además también hace una donación de 100 pesos a la ermita:
Así
mismo, nos comunicó que por la particular devoción que tenía al
Santuario de Nuestra Señora de Echaurren, en que por su memoria
firmada había dispuesto se le diesen por una vez cien pesos escudos
de a 8 reales de plata, acordándose de la dicha imagen muy pequeña,
nos dijo dispusiesemos de la dicha cantidad aunque fuese con algún
aumento de limosna por una vez lo que nos pareciere más conveniente
para adorno de dicha capilla.
Sin embargo la fundación de la capellanía sufre cierto retraso por
la oposición de las religiosas del convento de Quejana a que esta
capellanía quede en jurisdicción del obispado de Calahorra y La
Calzada en lugar de bajo jurisdicción de la orden de los dominicos.
En 1738, el obispado autoriza la fundación de la capellanía que
tiene entre sus condiciones principales las siguientes:
La capellanía se ha de servir en la Ermita de Etxaurren y, en caso
de que por cualquier motivo no se pueda decir misa en ella, se dirán
las misas en la parroquia de Maroño.
Los
capellanes han de ser clérigos de la familia del fundador. En caso
de que no hubiera ninguno en alguna época, los patronos nombrarán a
quien consideren más adecuado.
No
se pueden vender, permutar ni grabar los bienes destinados al
mantenimiento de esta capellanía.
El
patrono debe pertenecer también a la familia. Y en caso de que no
quedase nadie de ella, será patrono el obispo de cada momento.
Como
bienes para el mantenimiento de la capellanía se dejan 97.774
reales, que consisten en 6.160 ducados impuestos en la Universidad y
Casa de la Contratación de la villa de Bilbao sobre los derechos y
averías y 30.000 reales empleados en la compra de unas casas, molino
y heredades del lugar de Quejana, barrio de Ibagüen.
En
1906, esta capellanía se da por extinguida completamente según el
artículo 3º del convenio de ley de 24/06/1867.
Fuentes: Archivo de Indias
Archivo diocesano del obispado de Vitoria
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